Este  viernes, nuestra Cruz de los Jóvenes y el Icono tras una mañana algo ajetreada con rezo de laudes y visitas de estudiantes de colegios e institutos, llegó a Tarifa.

Pocos minutos después de marcar las cuatro de la tarde, ya se concentraban multitud de personas de todas las edades, pequeños, mayores, y JÓVENES, MUCHOS JÓVENES, que mientras que la Cruz llegaba a la ciudad, entonaban preciosos cantos para anunciar que un día muy importante para la vida de la familia y del arciprestazgo de Tarifa se acercaba.

Tanta cantidad de personas había que tuvimos que trasladarnos a realizar el Acto de Acogida a la Parroquia de San Mateo, ¡se nos quedó muy pequeña la Capilla de la Inmaculada! Casi 500 personas pudimos contar que se encontraban en la Bienvenida que Don Antonio nos hacía; gentes de Tarifa, Facinas, Tahivilla, Bolonia, Zahara y toda la Campiña pudieron contagiarse de las grandes palabras que nuestro padre en la fe nos regalaba.

Tras este saludo iniciamos un traslado por las calles de la ciudad, un traslado marcado por la alegría de la juventud, en la que gente de toda edad se acercaba a la Cruz y al Icono, incluso muchos de nuestros mayores nos demostraron que el espíritu joven se conserva a pesar de la edad.

De vuelta del traslado, tuvimos la emotiva Vigilia de Adoración de la Cruz, en la que jóvenes, sacerdotes y el coro parroquial nos ayudaron a reflexionar y emocionarnos con tan grande visita.

Alrededor de las siete de la tarde, celebramos una eucaristía juvenil, sin dejar de prestar atención a los referentes de todos los jóvenes del Arciprestazgo, los diferentes grupos parroquiales que también participaron en todas las actividades. Cada grupo con su misión y su aportación, grano a grano, demostró a los jóvenes que la Acogida de la Cruz es sólo la punta del iceberg de algo muy grande para la vida de los cristianos, ¡EL ENCUENTRO CON EL MISMO CRISTO EN LA JMJ!

Álvaro García López