Lo que hemos vivido este finde…
Este pasado fin de semana jóvenes de Los Barrios, Chiclana, San Roque, Cádiz y San Fernando se han encontrado en la convivencia organizada por la Pastoral Juvenil y que ha tenido lugar el “El Nuevo Madrugador” de Puerto de Santa María.
El viernes por la tarde junto con un grupo de monitores, entre los que se encontraban seminaristas de la diócesis, salíamos dispuestos a vivir una experiencia de comunión, de fe y de fraternidad. En el autobús se intuía la emoción y la curiosidad puesto que muchos de los participantes era la primera vez que asistían a una actividad de este tipo. El ambiente desde el principio fue alegre y esto se notaba en los cantos que continuamente sonaban en el autobús, al llegar a su destino ya parecía que el grupo era una gran familia que se conocía de toda la vida, cuando en realidad solo llevaban algunas horas juntos.
Para comenzar, tras la cena, tuvieron lugar una serie de juegos en las que las risas no faltaron y pudimos conocernos todos mucho mejor y tras la oración de la noche nos fuimos a la cama. El sábado amaneció lluvioso pero eso no impidió que la actividad siguiera su curso, tras el desayuno participamos en juegos de todo tipo desde los más clásicos como las sillas a otros más nuevos en los que participaban todos sin excepción seminaristas y sacerdotes incluidos. Antes de la comida celebramos juntos la Eucaristía, el moment o central del día, para poder vivirla bien muchos de los chicos se confesaron a lo largo del fin de semana. La tarde continúo con un cineforum sobre la película “un paseo para recordar” y que dio pie a trabajar por grupos sobre la
amistad, entre ellos y Jesucristo. El plato fuerte del día fue por la noche después de la cena y algún juego, muchos no se lo esperaban pero sin duda alguna fue el momento más impactante de todo el fin de semana, la Hora Santa , un rato de adoración con el Santísimo Expuesto, el silencio y los cantos acompañaron este tiempo que sin duda se hizo corto.
El domingo tras el desayuno y la oración tuvo lugar una gymkana y un juego de equipos que a esta altura de la convivencia se convirtió en toda una fiesta. Para despedirnos antes de comer celebramos la Eucaristía del primer domingo de Adviento, para después recoger y subir al autobús.
Aunque siempre cuesta despedirse todos nos fuimos contentos sabiendo que esta experiencia no queda aquí, que la seguirán muchas más y que sin duda alguna han hecho un grupo de amigos entrono a la fe y a Jesucristo.