Viernes 25 de marzo

La Cruz y el Icono atravesaron la marea naranja

En esta primera tarde llena de entusiasmo ante la llegada de la Cruz y el Icono, los voluntarios fueron llegando poco a poco a la hora indicada, en primer lugar los de localidades mas cercanas hasta que poco a poco fueron llegando los de las localidades mas lejanas, Ceuta, Algeciras, La Linea. El punto de recogida de acreditaciones se situó en el Seminario. Todos estos voluntarios fueron tomando sus puestos, unos encargados de alojamiento, que fueron trasladando a los demás participantes del encuentro hasta el lugar de pernocta, otros voluntarios encargados de la custodia de la Cruz y el Icono se fueron situando en la zona del muelle a la espera de uno de los momentos mas emocionantes de la tarde: la llegada de la Cruz y el Icono por mar.

Llegada la hora establecida y congregados numerosos voluntarios, participantes y demás curiosos que no querían perderse este gran evento, la Cruz y el Icono llegaron junto con un grupo de voluntarios de la Diócesis de Asidonia- Jerez, su Obispo y los Delegados de Juventud de ambas Diócesis.

En el muelle los jóvenes coreaban cantos y gritos “se nota, se siente, la Cruz está presente”, “Esta es la juventud del Papa” y el tantas veces repetido…”que viene que viene”, todo ello en un ambiente festivo y llenos de ilusión por el emocionante fin de semana que comenzaba.

La recepción oficial en el muelle corrió a cargo del Obispo de Asidonia-Jerez que hizo entrega a D. Antonio Ceballos, nuestro Obispo, de la Cruz y el Icono, que la recibió en nombre de todos los jóvenes.

Una vez finalizado el acto de entrega de la Cruz y el Icono de la Virgen, ambos iniciaron su camino hacia la Plaza de la Catedral atravesando calles como la Calle Nueva, San Francisco, San Agustín, Zapata, Plaza Candelaria y Compañía, animados con cantos.

En la Plaza de la Catedral estaba todo preparado y ambientado por el grupoPares Sueltos que amenizó hasta que la Cruz y el Icono se situaron en el escenario. La gente que acompañó durante todo el recorrido se concentró ante el escenario junto con cientos de curiosos que no quisieron perderse esta oportunidad única. Una vez allí, con las palabras del Sr. Obispo, dió comienzo el Acto de apertura al Encuentro Diocesano de Juventud y bienvenida solemne a la Cruz y al Icono. En este acto varios jóvenes leyeron distintas lecturas y peticiones acompañadas nuevamente de cantos. Finalmente toda la plaza acabó coreando y bailando el Himno Oficial de nuestra Diócesis “En Tí construyo mi vida”.

Finalizado el acto de apertura pasamos a la estación de nuestro particular via-crucis “Tiempo de Pedir”, nos trasladamos dentro de la Catedral y en un precioso e íntimo momento de oración personal, cada uno de los asistentes colocó en la Cruz un post-it con su peticiones y oraciones más íntimas, todo ello en un ambiente de oración amenizado por el coro diocesano.

El broche de oro de la noche lo puso el grupo católico malagueño IXCIS que consiguió hacer vibrar a los jóvenes y no tan jóvenes reunidos en la Catedral entorno a la Cruz y al Icono.

Adentrándonos ya en la madrugada un nutrido grupo de jóvenes han peregrinado con la Cruz y el Icono de María por las calles de la ciudad hasta el Convento de las Concepcionistas (Feduchi). Tras un pequeño tiempo de adoración ante el Santísimo permanecerán durante toda la noche en vela dandose el relevo a otros grupos de oración y movimientos eclesiales de nuestra Diócesis.

Sábado 26 de marzo

Segunda jornada frenética con la Cruz y el icono de la Virgen

Retomamos las estaciones de nuestro vía- crucis con el “Tiempo de despertar”. Los más madrugadores acompañaron a la Cruz y al Icono de la Virgen en su traslado hasta el convento de las Hermanas de la Cruz, donde las Hermanas prepararon el rezo de laudes para posteriormente finalizar con una misa concelebrada por el P. Andrés y el P. Marco. Mientras tanto, en el colegio del Campo del Sur, el resto de jóvenes levantaban “el campamento” y acudían a desayunar al Seminario, para coger fuerzas para la intensa jornada que se les presentaba.

La siguiente parada fue en la Facultad de Medicina. La Cruz es también medicina para el alma. Ésta puede ser la conclusión que sacaron algunos de los jóvenes que estuvieron presentes con el prelado diocesano.

Durante casi una hora, D. Antonio Ceballos, dirigió una catequesis a los participantes del Encuentro Diocesano de Juventud dentro de la siguiente estación “Tiempo de aprender”. Tras sus palabras, los jóvenes se dirigieron a él libremente con cuestiones actuales que les preocupan.

Sorprendentemente, y fuera de todo programa, un grupo de vecinos de la Casa Fragela (conocida también como la Casa de las Viudas) esperaban ilusionados y puestos en fila el paso de la Cruz por delante del Teatro Falla. Su intención, besar la Cruz de Juan Pablo II y saludar al Obispo. En sillas de ruedas o con sus propias banquetas, uno a uno fueron besando los símbolos de la JMJ. Cariñosos y afectuosos con todos a pesar de sus limitaciones físicas, pero aún con ganas de vivir y transmitir su fe sencilla a los más jóvenes, sean sus nietos o no.

Y llegó la hora de María. Coincidiendo con las doce del mediodía hacían su entrada la Cruz y el Icono de la Virgen en la Iglesia del Carmen donde, tras el rezo del Ángelus, los jóvenes recibieron una catequesis mariana a cargo de Pilar Macarro, una de las vírgenes consagradas de nuestra diócesis y miembro de la Pastoral Juvenil y Vocacional.

Como no podía ser menos y coincidiendo con el tiempo en que estamos, la siguiente estación, “Tiempo de Reconciliar”, nos trasladó a la Iglesia de San Lorenzo. Los jóvenes y confirmandos pudieron participar, junto con los demás miembros de la comunidad parroquial de una celebración penitencial comunitaria. De los 16 sacerdotes participantes, algunos se repartieron por distintas zonas de la Iglesia y atendieron las inquietudes de todos los que quisieron ampliar la celebración comunitaria con una más personal. Para facilitar la labor de los jóvenes que tenían un poco más olvidado el sacramento de la confesión, se repartieron unas “lágrimas de papel” donde pudieron expresar los sentimientos más íntimos y que luego fueron sumergidas en agua.

Tras la comida, se repartieron distintos grupos para experimentar en primera persona la labor social de la Iglesia en asilos, comedores y ante los enfermos, en el Hospital de San Rafael.

Llegado el “Tiempo de decidir”, los jóvenes se desplazaron hasta el Colegio San Felipe Neri, disfrutando de un bonito paseo por la costa gaditana, donde unos jóvenes consagrados dieron testimonio de su vida y de su fe.

Llegadas las 10 de la noche, la plaza de la Catedral nuevamente se llenó de jóvenes dispuestos a “Glorificar a Dios” en un concierto ambientado por Nico Montero y su banda que hicieron disfrutar a todos los asistentes que corearon sus canciones y formaron una autentica red en toda la Plaza mientras que “Llegaba la hora” del siguiente traslado de la Cruz y el Icono de María hacia el convento de las Carmelitas Descalzas y el canto del himno “Firmes en la fe”. Allí permanecerán durante toda la noche en vigilia de oración.

Domingo 27

Multitudinaria Ceremonia de clausura del EDJ

Desde muy temprano, los jóvenes voluntarios, comenzaron a prepararlo todo para la gran ceremonia de clausura. Se fueron situando las sillas facilitadas por el Ayuntamiento y parroquias cercanas para poder acoger al mayor número de personas posibles. Entre confirmandos, padrinos, familiares y feligreses se ocuparon, desde las diez de la mañana, unas seiscientas sillas. Las propias escaleras de la Catedral sirvieron para completar la distribución de los asistentes a la ceremonia.

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Los participantes del encuentro acompañaron, desde el Seminario, a la Cruz y al Icono de la Virgen que en esta ocasión iban portados por los seminaristas. Todos los participantes del EDJ se situaron delante del todo en una alfombra que evitó la “incomodidad” del momento.

Durante esta gran celebración se vivieron momentos muy emotivos, mas de una lágrima se dejó ver en el rostro de los participantes del Encuentro que veían como llegaba el final de un fin de semana intenso. Todos los asistentes participaron activamente de la celebración de forma muy ordenada y con la solemnidad que la ocasión merecía.

A pesar de los “habituales problemillas” de sonido, parte del coro diocesano puso la nota musical a tan espectacular clausura y consiguieron que prácticamente toda la plaza terminara coreando nuestro himno “En Tí construyo”.

A pesar de ser una ceremonia tan densa, 106 confirmando, 4 seminaristas que reibían el lectorado y la bendición de la Cuz Diocesana de los jóvenes, todo siguió un perfecto orden y cumplió con el horario establecido.

Nuestro Obispo clausuró en encuentro animando a todos los jóvenes a participar en las próximas Jornadas de la Juventud en agosto ya que todo el movimiento juvenil no se puede quedar aquí, hay que seguir adelante.