“Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt 5, 7)
Vigilia de la Inmaculada 2015
El día 7 por la noche teníamos una cita con la Virgen a la que no podíamos faltar, especialmente los jóvenes. La Virgen nos esperaba para rezar a su lado, para aprender de Ella a amar más al Señor. Y así fue. Comenzamos la Vigilia de la Inmaculada presididos por D. Rafael, nuestro obispo, en la parroquia de San Juan Bautista de Chiclana. La Virgen Inmaculada destacada a la izquierda del altar; el cuadro de Jesús de la Divina Misericordia presidía desde lo alto .
Y en esta disposición, con el templo lleno de jóvenes y, también adultos que no querían perderse la ocasión, tras el saludo de D. Rafael, escuchamos las palabras que el Papa Francisco pronunció en marzo para anunciar el Jubileo, el año santo de la misericordia. A continuación, los sacerdotes, como misioneros de la misericordia, fueron enviados por el obispo para que sean especialmente portadores de misericordia. Muchos fueron los que se acercaron a recibir el sacramento del perdón.
Inmediatamente después, recibimos el Evangelio, que fue proclamado por Darío, diácono. Escuchamos el Magníficat, canto de misericordia que la Virgen María pronunció para proclamar la grandeza de Dios. D. Rafael predicó acerca de la necesidad de acercarse a la Misericordia de Dios, aprovechado este año de gracia que nos regala la Iglesia y fijar los ojos en la llena de gracia.
Llegamos al momento central de la Vigilia: la exposición del Santísimo, a quien adoramos como nuestro Dios y Señor. 14 parejas de jóvenes ofrecieron velas y flores, una por cada obra de misericordia. Fuimos repasando, como nos pide el Papa Francisco, obra por obra, pidiendo al Señor nos enseñe a vivirlas. Entre medias, intercalamos el canto del himno de la próxima Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia, cuyo lema es: “Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt 5, 7). Las flores y las velas hacían un camino que iba de la Virgen Inmaculada hasta el Santísimo, del Corazón misericordioso de la Virgen que formó el Corazón misericordioso de Jesús.
Tras este precioso gesto, rezamos el rosario, meditando textos de los santos. Por último, cada persona pudo acercarse a los pies del altar, a los pies de Jesús, a tomar una palabra de un santo acerca de la Virgen para luego meditarla en el corazón. Tras recibir la bendición del Señor de parte de D. Rafael, todos pudimos recibir una postal de recuerdo con las obras de misericordia, para tenerlas presentes especialmente durante todo este año.
Ya fuera del templo, pudimos compartir un largo rato juntos, saludarnos, hacer nuevos planes… ¡y preparar la aventura que viviremos en verano con el Papa en Polonia!
En breve… todas las fotos 🙂