¡Mi Inmaculado Corazón, triunfará!
Durante el puente del Pilar, un nutrido grupo de jóvenes hemos peregrinado al Santuario de la Virgen de Fátima, acompañados por nuestro obispo D. Rafael, 4 sacerdotes y 2 diáconos.
Ha sido una bendición de viaje. Paramos en Mérida, en donde pudimos visitar la Basílica de Santa Eulalia, patrona de los jóvenes extremeños y hermana de San Servando y San Germán. Celebramos la Misa y visitamos la cripta. Agradecemos al Delegado de Juventud de Mérida – Badajoz y al párroco de la Basílica su calurosa acogida.
Continuamos camino hasta Fátima. Esa noche rezamos el Rosario de antorchas con miles y miles de personas. Fue impresionante poder unirse a tantos hermanos nuestros, de tan distintos y países, rezando unidos el Rosario.
El sábado nos metimos de lleno en el mensaje de Fátima: rezar por la conversión de tantos, consolar el Corazón de Jesús, rezar el rosario… Nos hizo un día estupendo: visitamos las casas de los pastores, rezamos el Via Crucis, compramos todo tipo de recuerdos… La gran mayoría de los jóvenes aprovecharon a confesarse y hablar con los sacerdotes. ¡Qué maravilla!
También por la tarde tuvimos un buen rato para ir a ver a la Virgen en su Capelinha. Allí, pudimos celebrar la Misa, presidida por D. Rafael y cantar en el coro. Hay que decir que los efectos de Leslie sólo se notaron por un chaparrón que nos cayó… pero un buen chaparrón.
El domingo partimos hacia Lisboa, en donde fuimos acogidos en la parroquia de San Francisco Javier y donde nos sentimos como en casa. Y después… ¡un buen ratito de turismo!
Ya de vuelta, compartimos nuestros testimonios. Realmente el Señor ha hecho maravillas por medio de su madre. Unos jóvenes compartieron cómo viven su noviazgo y cómo luchan por ser santos; un diácono dio su testimonio; varios jóvenes hablaron de cómo la Virgen les había ayudado durante este intenso fin de semana. En resumen, ¡el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres!