Desde la tarde de ayer domingo, la Cruz y el Icono de la Virgen hicieron acto de presencia por las calles y templos de la ciudad de San Fernando.
Llegadas las ocho y media de la tarde, los voluntarios de San Fernando fueron abriendo paso entre la multitud que allí se encontraba y portaron la Cruz y el Icono de María hasta la Iglesia del Carmen, seguidos en todo momento por multitud de personas que no querían perderse este hitórico momento.
Una vez llegados a la Iglesia del Carmen, nuestro sr. Obispo envió saludo a los allí presentes y presidió el acto penitencial. Tras la oración comunitaria, los distintos sacerdotes allí convocados se situaron en distintas zonas de la Iglesia para recibir a los feligreses en confesión. Simultaneamente, todos pudieron acercarse a la Cruz y el Icono de María hasta que sobre las once de la noche nuevamente continuó la peregrinación hasta la Iglesia Mayor en un Via-crucis multitudinario por la calle Real.
Durante el recorrido del Via-crucis todos pudieron portar la Cruz y el Icono de María custodiados por los jóvenes voluntarios que, a pesar del agotamiento por el fin de semana de Encuentro en Cádiz, no quisieron dejar de lado la oportunidad de custodiarlos pos las calles de su ciudad.
Finalizado el Via-Crucis y ante la puertas de la Iglesia Mayor Parroquial, los jóvenes voluntarios relevaron a los que hasta entonces habían portado la Cruz y el Icono de la Virgen parahacer la entrada al templo y colocarlos en el altar. Durante la noche se organizaron turnos de vela a cargo de las comunidades neocatecumenales y adoración nocturna.
Por la mañana llegaba el turno de los colegios. Tras la misa concelebrada que se celebró a las nueve de la mañana los niños llegaron de forma constante y ordenada para adorar la Cruz y el Icono de María, hasta que sobre la una de la tarde abandonaron la Iglesia Mayor Parroquial para dirigirse a la última parada en San Fernando, el convento de las Hermanas Capuchinas.
Una nueva multitud de personas acompañó a la Cruz y al Icono de la Virgen hasta el convento. Allí, el Padre Rafael Vez y el Arcipreste, el P. Salvador Rivera, dirigieron una pequeña oración en la capilla del convento. Posteriormente todos abandonaron la capilla, salvo los jóvenes voluntarios y los sacerdotes allí presentes, para que las hermanas capuchinas pudieran rezar ante la Cruz y el Icono de la Virgen. Esos momento privados en la capilla fueron muy emotivos para los jóvenes que además sentían que el adiós a la Cruz y al Icono de María se acercaba y empezaron a recordar con añoranza los intensos momentos vividos desde que arribaron al muelle de Cádiz el viernes.
La peregrinación continúa esta tarde en Vejer.