Testimonios

Esa meta, eres Tú
La idea de hacer esta peregrinación surgió un buen día animados por nuestro párroco D. Tomás Díaz Artola, y seguramente, Dios también puso su mano para que estuviéramos ahí. Ahora que ha terminado, me voy a casa con un montón de amigos, un puñado de buenos momentos que compartir, y sobre todo, llena de ilusión y ganas por conocer más a Jesucristo, y por contar al mundo que ÉL VIVE, y que para descubrirlo sólo tienes que escuchar a tu corazón, así como lo hemos escuchado a lo largo de este inolvidable encuentro. Porque caminamos alegres hacia una meta, y esa meta eres Tú.
Antonia, Parroquia de San José de Barbate
Desde Méjico…
Amelia Magdalena

Todo empieza el 27 de Abril por la mañana, pero no es un día cualquiera. Está envuelta con un cielo un poco nublado, la lluvia esta latente amenazando con echar abajo nuestros planes, pero repleto de ilusiones que iluminan el camino que guía a jóvenes que igual que yo van al mismo lugar: el santuario de Ntra. Sra. de la Oliva, en Vejer de la Frontera.

Así, cuando pareciera que ya son muchas horas en lo mismo, nos damos cuenta que fue sólo el principio y que comenzamos a vivir verdaderamente lo que tanto hemos esperado. Después de ofrecer a Dios y a la Virgen ese día, ese caminar, tras ella comenzamos la marcha tomándola como primera guía.
Yo podría asemejar el camino a nuestra vida diaria, comenzamos todos juntos pero en el camino pasan muchas cosas, por momentos tenemos mucha energía y brincamos, gritamos, cantamos, corremos, hablamos con los demás; sin embargo, también hay momentos en el que parece que el cansancio no nos permitirá llegar, pero no importa porque siempre va a tu lado un ángel, conocido o no tanto, que te anima, te acompaña y ayuda con lo que se va presentando.

Puedes estar seguro que en el camino vas acompañado de una cantidad impresionante de jóvenes que están haciendo lo mismo que tú, que quieren lo mismo que tú ese día, que sin conocerse están unidos por algo más fuerte que la distancia o todas las condiciones que hagan diferentes sus vidas, los une Dios.

Después de tanto caminar, gritar, por momentos tal vez llorar, llegamos a un silencio lleno de bullicio donde aparece ante nuestros ojos el santuario de la Virgen de la Oliva quien nos dirige hacia Dios, principio y final de nuestra vida, de todo lo que existe, que con los brazos abiertos nos recibe y con una sonrisa llena de paz ese momento que parece congelar todo.

Pero no termina ahí, “la peregrinación” se prolonga a esa tarde, al viaje de regreso a nuestra linda casa, a la noche en la que descansamos después de un día y medio vivido intensamente, pero más allá “la peregrinación” se prolonga si lo permitimos a nuevas amistades, momentos que contar con toda la emoción, risas, recuerdos, instantes inolvidables.

Amelia, Méjico - Erasmus
Lo que nos cuenta el párroco de Benalup…
Desde el primer momento que tuve noticia de la Peregrinación Juvenil al Santuario de Nuestra Señora de la Oliva se lo comenté al grupo de jóvenes de la parroquia. Ahí nos fuimos un grupito a peregrinar. La experiencia ha sido maravillosa (aunque sólo pude estar a ratos). Se veía la alegría de los jóvenes, a pesar de la dureza del camino del primer día. La alegría de los jóvenes nos motiva también en nuestra vocación. Es impresionante ver a los jóvenes caminando y confesándose, en definitiva encontrándose con Jesús. Un momento muy especial fue la adoración al Santísimo. Qué gozada ver a los chicos y chicas mirando a Jesús Sacramentado. Ha sido una experiencia maravillosa. Ya hay que ir preparando el corazón (y las piernas) para el año que viene.
D. Jesús Heredia, Benalup
Noté la presencia de Jesús vivo entre nosotros

UchiHola: Soy Uchi de Chiclana. Me lo pasé genial. En las dos Eucaristías y en la hora Santa del sábado note la presencia de Jesús vivo entre nosotros. Las peticiones que se hicieron, salieron del corazón de cada uno de los que estábamos allí y muchos que callaron las suyas lo hicieron porque saben que el Señor, que sabe de nuestros secretos y ve lo escondido de cada uno de nosotros, también las escuchó. Como no mencionar ese Rosario a la Virgen, andando y cansaditos, pero íbamos tan reconfortados por su presencia en el grupo y con esas canciones tan alegres, que no nos dábamos cuenta de lo que íbamos avanzando. Por supuesto me ha llamado la atención la figura de nuestro obispo D. Rafael, su cercanía y jovialidad. Era uno más entre nosotros. Me paso por alto muchas cosas, pero como me siga enrollando no termino. Gracias a todo el mundo por haberme ayudado a conocer un poquito más a Jesús. Ha sido mi primera peregrinación y la he disfrutado mucho. Gracias a la gente de Barbate por esa acogida y gracias a ese coro ¡¡¡que tienen unas voces preciosasssss!!!

Uchi, San Sebastián, Chiclana
Dios nos ha vuelto a demostrar sus grandes obras
Después de poder haber descansado y tener las pilas cargadas de esta estupenda peregrinación. He podido tener un pequeño encuentro en el recreo con el grupo que participó en la Peregrinación. Todos son palabras de agradecimiento, de elogios y satisfacción por la experiencia vivida y el encuentro tan profundo con el Señor. En un ratito que han tenido libre me han escrito un pequeño testimonio de su experiencia. Es el siguiente:

“ En esta peregrinación Dios nos ha vuelto a demostrar las Grandes Obras que puede hacer en cada uno de nosotros, siempre que le abramos la puerta de nuestro corazón y le dejemos entrar. Hemos podido entrar, “desconectar” de todo lo que nos aparta de Dios y así poder estar con Él y dedicarle todo el tiempo que no somos capaces de encontrarle en nuestro día a día”

Desde mi experiencia personal os animo a seguir trabajando en este tipo de encuentros, salimos más fortalecidos, favorecidos por el contacto con otros jóvenes de nuestra querida provincia.

Colegio de los Salesianos, Algeciras
Desde Ceuta…
¡Hola a tod@s!

Mi nombre es Agustín tengo 24 años, soy de la parroquia de San Juan de Dios (Ceuta) y me han pedido que cuente la experiencia de esta peregrinación.

Hace un par de semanas me comentó Santi (compañero de clase en la facultad) que se iba a hacer una peregrinación al santuario de la Oliva y como no me gusta perderme ni una dije que sí. No tenía ni idea de qué íbamos a hacer, ni de qué rollo iban los demás chavales, el caso es que estaba contento y con ilusión de hacer esta peregrinación a la Oliva porque nunca había estado y siempre había oído hablar ese sitio.

Juan Ramón, Santi, Rubén, D. Rafael, Agustín y Santi

Los de Ceuta empezamos la peregrinación un día antes y este comienzo me hizo entrar de lleno en la peregrinación. Ese día nos acogieron dos hermanas Misioneras Oblatas en su humilde convento de San Roque. Y no creo que haya sido casualidad el hecho de que fue en ese mismo convento donde hice mi primer campamento vocacional cuando apenas tenía 13 años. Me vinieron recuerdos muy entrañables, recordé todas aquellas personas que me enseñaron a acercarme más a Jesús. Ese fue el primer regalo que Dios me hizo durante la peregrinación.

Al día siguiente nos pusimos en marcha y nos encontramos con los jóvenes de San Roque y de Algeciras que vendrían con nosotros en el mismo autocar hasta Caños de Meca, donde empezaríamos el camino. El comienzo pintaba muy bien, empezamos la peregrinación cantando y conociéndonos entre nosotros.

Una vez en caños me vi rodeado de un mogollón de chicos y chicas dispuestos a caminar, a hacer amigos, a rezar, a reír, en definitiva a pasarlo genial.

A pesar de que el principio de la caminata había sido un poco dificultosa por alguna que otra cuesta, recompensaba ver al Obispo (que estuvo acompañándonos en todo momento) como sorteaba los obstáculos del camino con esa facilidad y alegría. Esto me dio ánimo y fuerzas para seguir adelante.

Al poco rato de estar caminando hicimos una parada para escuchar la catequesis del ciego de Jericó. La dio uno de los diáconos que nos acompañaba y a decir verdad me gustó mucho la forma que tuvo de enfocarla además de la puesta en común que hicimos después en pequeños grupos. Se notaba la presencia del Señor en todo momento y en cada uno de los acontecimientos, eran esos pequeños detalles que te hacen reflexionar.

Seguimos adelante en nuestro peregrinar, ya se notaba como los pequeños grupos que estábamos se empezaban a cohesionar. Rezamos el rosario para que tuviéramos presente a la Virgen y para que nos acompañara y protegiera en todo momento durante el camino.

En un momento, no sé cómo, de repente me encuentro hablando con una de las hermanas Oblatas y nos contamos nuestras experiencias personales de nuestras vidas. Este fue el segundo detalle de la peregrinación que me regaló el Señor. Me fascinó su experiencia de vida, una chica joven que, teniendo el trabajo de sus sueños, después de haber alcanzado su meta, renunció a todo eso porque no era feliz y decidió seguir la vida que Dios le estaba marcando. ¡Increíble! Se la veía muy ilusionada, muy feliz y sobre todo, ¡se la veía en paz!

Y llegamos a Barbate y decidí confesarme con uno de los sacerdotes, amigo mío, que nos acompañaba. Necesitaba de la confesión.

Por fin pudimos descansar un ratillo en la capilla y estar un rato de oración. Justo después fuimos al sitio donde dormiríamos para ducharnos y ponernos cómodos para cenar y hacer la velada, que por cierto estuvo muy bien porque me reí mucho con las cosas que prepararon los chavales.

Para terminar el día fuimos a la capilla donde tuvimos un encuentro con el Señor en la oración al Santísimo. Este fue la tercera caricia que me hizo el Señor durante la peregrinación. Fue un momento de recogida personal con el Señor. Pude sentir esa falta de intimidad con Dios y era como si necesitara hablar ininterrumpidamente con Él.

Al día siguiente nos volvimos a reunir todos para rezar las laudes en familia y continuar la marcha hacia el Santuario de la Oliva. Durante el trayecto nos reímos bastante con todos los que íbamos, porque si no te contaban un chiste, se ponían a cantar o había alguno que metía el pie justo donde no debía.

¡Y por fin llegamos a nuestro destino! Donde celebramos la Eucaristía con el Obispo. El Señor estuvo grande con nosotros porque a pesar de que el tiempo dio lluvia para el sábado y el domingo, no nos llovió en ningún momento, empezó a llover justo cuando terminemos la peregrinación, después de la Eucaristía, durante la comida.

De vuelta en el bus se respiraba el cansancio, pero mereció la pena. Personalmente recomiendo a todo el que está leyendo que se anime y que, si no ha podido venir a esta peregrinación, que se apunte a la siguiente que será ¡la peregrinación al Rocío!

¡Un abrazo para todos!

Agustín Recio, Ceuta