¡D. Rafael va a ver al Papa! Y le hablará de nosotros…
Queridos fieles de Cádiz y Ceuta:
Los obispos españoles nos encontramos estas semanas con el Santo Padre, el Papa Francisco, con motivo de la Visita ad Limina. Esta antiquísima institución refuerza la comunión jerárquica entre cada obispo y el Papa, que es cabeza del colegio episcopal y de la catolicidad de la Iglesia.
Allí se encuentran ya un primer grupo de obispos. La visita de los obispos de la Provincia Eclesiástica de Sevilla, junto a las de Granada, Barcelona, Tarragona, Santiago y Oviedo (39 en total), tendrá lugar del 3 al 8 de marzo.
La «Visita Ad Limina» debe hacerse cada cinco años, aproximadamente, y siempre que sea posible, pero la renuncia del papa Benedicto y el desarrollo del «Año de la Fe», han impedido hacerla hasta ahora.
¿Qué es una «Visita Ad Limina»?
Los orígenes históricos de la «Visita ad Limina» datan del siglo IV, aunque fue el papa Sixto V en 1585 quien la institucionalizó y dispuso de modo más sistemático. En la actualidad, la «Visita ad Limina» se define y precisa en los cánones 399 y 400 del Código de Derecho Canónico.
El primer acto de la visita consiste en la veneración de los sepulcros de los apóstoles San Pedro y San Pablo, donde los obispos renuevan la profesión de la fe apostólica, sobre la que se fundamenta la Iglesia. En un segundo momento, tiene lugar el encuentro con el Santo Padre, sucesor de Pedro, custodio del depósito de la verdad transmitida por los Apóstoles, y principio y fundamento visible de la unidad de la Iglesia. Y, después, los obispos visitan también los dicasterios de la Curia romana, que son los instrumentos ordinarios del servicio del Papa a todas las Iglesias, para reforzar el servicio del obispo a la Iglesia particular que preside.
Una novedad con respecto a los tiempos de Juan Pablo II es que el Papa recibirá a los obispos no individualmente, sino en grupos de siete u ocho. En lugar de discursos, habrá un coloquio, en el que cada obispo se limitará a presentar brevemente el estado de su diócesis y a responder lo más concisamente posible a las eventuales preguntas del Papa.
Los obispos le presentamos la situación las diócesis y sus expectativas, se intercambian informaciones sobre las esperanzas, alegrías y dificultades de la Iglesia universal, y recibiremos consejos y directrices. De este modo los obispos expresan y fortalecen su adhesión y la de la diócesis que presiden al magisterio, y, al mismo tiempo, el Papa reconoce la autoridad de cada obispo en la propia Iglesia particular, y lo sostiene para que vele por el rebaño que el Señor le ha confiado.
Ese encuentro con Francisco, el momento central de la Visita ad limina, tiene un importante significado para hacer visible la unidad y la comunión de los sucesores de los Apóstoles con el sucesor de san Pedro y de las Iglesias locales con la Iglesia de Roma. Las indicaciones del Pontífice serán decisivas para que decidamos las prioridades pastorales futuras.
Hablaré al Papa de todos vosotros y escucharé sus consejos
Queridos amigos: Hablaré al papa de todos vosotros, de vuestra fe viva y de vuestra caridad, tan patente en medio de nuestra crisis y la situación de pobreza que vivimos. También le transmitiré vuestro cariño hacia él y el empeño de nueva evangelización en el que estamos embarcados.
Pero, sobre todo, escucharé sus consejos. Si el Papa es el centro y el fundamento visible de la fe, el amor y la misión de la Iglesia universal, debemos, consiguientemente, sintonizar con él. Estoy seguro que escuchar sus admirables insinuaciones y propuestas nos hará progresar mucho y vivir en comunión.
Os pido encarecidamente vuestra oración por mi y por los obispos españoles, para que sea un tiempo de gracia y comunión.
También yo os encomendaré a todos vosotros ante el sepulcro de los Apóstoles Pedro y Pablo. Así viviremos este momento unidos en la cercanía de la oración ante el Señor. Gracias.
+Rafael Zornoza, Obispo de Cadiz y Ceuta