Curso base – Centinelas de la mañana
Una LUZ en la noche
Del 24 al 26 de abril nos hemos reunido en la casa de espiritualidad de Chipiona 40 jóvenes junto con nuestro obispo, D. Rafael y con los seminaristas, para formarnos como verdaderos discípulos, como verdaderos centinelas de la mañana. Este encuentro llega como culmen de la escuela de discipulado para jóvenes que hemos ido llevando a cabo durante el año: dos sesiones de fin de semana en noviembre y diciembre, los ejercicios espirituales de enero dirigidos por nuestro obispo D. Rafael, que supusieron un punto de inflexión y un pequeño encuentro en el seminario en marzo.
El tan deseado fin de semana llegó y con él todos nosotros, llenos de ilusión por formarnos para evangelizar y llevar a muchos jóvenes a Jesús. Durante estos dos días participamos en el curso base de “Centinelas de la mañana”, impartido por D. Andrea Brugnolli y Chiara Facci. Los Centinelas no son ni un movimiento, ni una congregación… sino jóvenes bautizados, que se han despertado para despertar a otros bautizados. Son jóvenes activos para su propia diócesis. No tienen un carisma concreto ni un movimiento concreto. Lo único que hace falta para ser centinela es querer serlo, ponerse a disposición de Jesús y de la Iglesia. Para ello, hay que entrenar poco a poco a los jóvenes. No se trata de un conjunto de métodos, sino de un estilo, de un cambio de mentalidad… no se trata de hacer cosas, sino de ser discípulos, de ser apóstoles.
Uno de los principios de los centinelas es que “el semejante evangeliza al semejante”. Por tanto, son los jóvenes los que mejor pueden evangelizar a los jóvenes, y no sólo con su testimonio de vida, sino con el anuncio explícito.
Así, hemos estado inmersos en un curso intenso de evangelización que comenzó con las últimas palabras que pronunció el Señor: “Id al mundo entero y proclamad el evangelio” y con estas otras de Pablo VI: “Queremos confirmar una vez más que la tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia”. Esta es la tarea fundamental de la Iglesia.
El curso se fue alternando entre charlas, oración, coffe breaks, Misa… Las charlas han tenido un estilo fresco y joven: dinámicas constantes, trabajo en grupo, música actual cristiana, vídeo,… Es el estilo que nos han querido transmitir. Del mismo modo, la liturgia ha sido cuidada con mimo, presididas las Misas por D. Rafael. El punto culminante del curso, el corazón de todo, fue la oración del sábado por la noche. Si algo nos han subrayado D. Andrea y Chiara, es que quien toca el corazón de cada persona es Jesús, y que hay poder este nombre: JESÚS. Por tanto, sólo hay que llevar a las personas a Jesús. Y eso es lo que hicimos: nos pusimos delante de Jesús y alternando cantos de alabanza y adoración con versículos de la palabra de Dios, entregamos nuestra vida a los pies de Jesús, expuesto en la custodia. Fue un tiempo largo de descanso con el Señor.
Por último, el domingo nos indicaron cómo montar uno de los métodos que tantos frutos está dando en Italia, y ya en tantas diócesis españolas: “Una Luz en la Noche” (ULELN). De hecho, ese mismo sábado se estaban llevando a cabo ULELN en Galicia y Burgos. Esta actividad consiste en exponer el Santísimo en una Iglesia, cuidando con mimo la decoración y los detalles, mientras salen a la calle evangelizadores, de dos en dos, previamente bendecidos por el Santísimo. Estos evangelizadores se acercan a personas por la calle, les invitan a entrar en la Iglesia, en donde está Jesús que les ama. De aquí, siempre se genera un diálogo con los transeúntes. Dentro de la Iglesia se encuentran personas cantando constantemente al Señor e intercesores que piden tanto por los evangelizadores que están en la calle, como por las personas con las que se van a encontrar. También en el interior de la Iglesia hay un equipo de acogida, que recibe a las personas que entran. Les invitan a escribir una petición y oración a Jesús. Una vez escrita, les acompañan hasta el altar, a los pies de Jesús y allí, depositan la petición, y el evangelizador le presenta a Jesús y viceversa; también, se le entrega un pequeño papel con la palabra de Dios. Por último, el evangelizador le invita a confesarse, a reconciliarse con el Padre o bien a tener un diálogo con el sacerdote.
Hemos terminado el curso con muchas ganas de hablar a los demás de Jesús y de amarle más, sabiendo que su nombre es poderoso y que actúa ahora.